La magia de la escenificación del Inti Raymi hizo vibrar este lunes, como todos los años, a más de 60 mil cusqueños y unos 4 mil turistas nacionales y extranjeros que se dieron cita en el parque arqueológico de Sacsayhuamán, ubicado a 15 minutos de ciudad imperial.

La escenificación del Inti Raymi comenzó en el templo Inca del Qoricancha con el saludo al Sol y luego se desarrolló en la Plaza Mayor, con el encuentro de los tiempos. Finalizó en Sacsayhuamán con la ceremonia propiamente dicha, en un ambiente de orden y seguridad.

El Inca, interpretado por el cuzqueño Alfredo Inca Roca, y escoltado por su coya y séquito, conformado por más de 200 actores, ingresaron cerca de las 14:00 horas a un estrado levantado en medio del parque, tras un recorrido por los baluartes líticos.

LA CEREMONIA

El Sinchi, avanzada de la nobleza, fue quién le dio la bienvenida, pero antes convocó a los líderes de los cuatro suyos, quienes a ritmo de música y danza se apoderaron del escenario natural. Seguidamente le entregaron ofrendas de sus zonas.

El imponente Inca, al desplazarse por el estrado, no dejó de mirar al Inti (Dios Sol), que iluminó el cielo cusqueño para regocijo de los asistentes.

Conforme pasaban los minutos la escena tuvo varias ceremonias como el rito a la chicha de jora, al fuego y al sank’u, alimento principal del hombre andino. También se escenificó el sacrificio de una llama.

Los aplausos para el Inca eran constantes y este personaje antes de culminar el acto, en medio de la seguidilla de danzas, dio su mensaje invocando al Sol y a los apus Salkantay, Ausangate, Wanakauri y Pachatusan, para que reine la paz en la juventud, la unión, el trabajo y que los alimentos no falten.

Cerró su mensaje con vivas en quechua ¡Jailli Inti Raymi!, ¡Jailli Tahuantinsuyo!, ¡Jailli Qosqo!, enfatizó.

Fuente: Agencia Andina