Los tesoros siempre se esconden en nuestras narices. Pasamos de largo sin verlos, buscamos donde ya conocemos sin darnos cuenta de lo que dejamos atrás.

Algo parecido ocurre con Azpitia, un pueblo oculto por los cerros secos y el paisaje monótono de la Panamericana Sur, a tan solo 1 hora y 20 de Lima, desviándose a la altura del km 79.

Azpitia combina gastronomía con hermosos paisajes del valle del río Mala. Pero, sobre todo, ofrece descanso. Así lo dice Angelita Caballero y a ella hay que creerle, pues no solo lleva 20 años en la zona sino que es la pionera hotelera de la localidad, su hotel restaurante, El Mayoral de Azpitia, ya tiene 12 años.

Esta es la mejor opción donde quedarse a pasar la noche, especialmente para quienes van en familia. Jardines, piscina, bar y área para campamentos son algunos de sus servicios. Además, posee habitaciones matrimoniales, dobles y triples. Según le apetezca, su estadía puede incluir la alimentación.

Los fines de semana, al lado del restaurante, destacan puestos de canastería, frutas y dulces típicos (manjar blanco, nísperos, duraznos, tejas, chocotejas y membrillo). Perfectos para llevarse de regreso.

De frente (pasando una curva) encontramos La Posada del Cielo; recreo con piscina, juegos para niños y platos en base a camarones tipo saltados, solterito, causa, chupe, entre otros.