A inicios del siglo XX, el Imperio Ruso se vio sacudido como consecuencia de su estrepitosa caída en la guerra contra Japón, desarrollada en 1904 y 1905 en Extremo Oriente.

Y no solo eso, el hambre y la escasez de productos básicos trajeron consigo una ola de protestas que más tarde producirían la Revolución Rusa de 1917, que se originó en un contexto de revueltas sociales en toda Europa.

Esta gran guerra ocasionó millones de muertes y hambruna a lo largo y ancho de Rusia. Es en ese contexto que el fotógrafo Sergei Mikhailovich Prokudin-Gorskii registró con su cámara cómo vivía la población rusa – sobre todo la más vulnerable – en aquellas épocas de terror, zozobra e incertidumbre.

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