no la pasaba bien. Leo, su compañero durante 67 años, estaba muriendo y los doctores sospechaban que ella también podría estar padeciendo de algún mal que le estaba resquebrajando la salud. Norma recientemente había soplado 90 velitas y después de tan largo camino las cosas se ponían aún más difíciles. Leo murió y a ella le detectaron ¿es posible tener fuerza para luchar? ¿Es posible seguir adelante cuando lo único que te queda son melancólicos recuerdos? Para Norma sí, y a sus 90 años, se dio una segunda oportunidad, y su historia es una de las más inspiradoras que se han dado a conocer gracias a .

Le detectaron una gran masa cancerosa en el útero. El doctor fue claro y directo, le contó que lo que se viene es una cirugía, y radiación “¿Cómo quería proceder?”, preguntó el galeno; ella respondió: “Tengo 90 años y voy a patear la carretera”. El médico algo confundido miró a los hijos de Norma tratando de encontrar una explicación, sin saber que estaba siendo testigo del comienzo de una nueva vida que se volvería famosa en .



Norma no quería pasar el resto de sus días en la cama de un hospital, mucho menos sola en casa sin Leo. Norma no quería sentirse débil y frágil después de cada quimioterapia, ni tampoco que sientan lástima por ella. Norma no quería sentirse muerta mientras esperaba la muerte. Norma quería exprimir al máximo su vida y recorrer la ruta lo más lejos posible. Norma decidió no seguir el tratamiento, eligió subirse a una casa rodante y viajar por la carretera hasta que Dios quiera. El doctor quedó sorprendido y sonrió.

“Como médico he visto lo que el tratamiento del cáncer hace con las personas. Cuidados intensivos, hogares para ancianos, efectos secundarios terribles, y nada asegura que se pueda sobrevivir a la cirugía inicial. Estás haciendo lo que a mí me gustaría hacer en esta situación. Que tengas buen viaje.”, sentenció el doctor. Cuenta la hija de Norma, que el joven estudiante de medicina que acompañaba al médico, y que pasaba la mayor parte de su turno con madres gestantes, pudo ver el otro extremo de la vida, cuando esta se acaba. Aquel día, ese joven aprendió algo que no se enseña en la universidad.



Desde agosto del 2015, Norma emprendió su viaje acompañada de su familia, montada sobre una casa rodante que cuenta con todas las comodidades. Ella toma el sol cuando quiere y sale a tomar el aire en distintos lugares, uno más bello que el otro. Su salud es estable, se le ve más fuerte que en los últimos años. Sonríe y mucho, y ama la aventura, así sea solo la de descubrir qué flor nueva verá en su siguiente parada. Norma es feliz, claro, extraña a Leo, pero lo lleva en su corazón a cada lugar y conversa con él cuando nadie la ve. Norma sigue recorriendo la carretera, y tiene combustible para rato, porque la vida no se termina con un diagnóstico, la vida se termina cuando nos rendimos, y eso de rendirse con Norma no va.

ACOMPAÑA A NORMA EN SUS VIAJES, EN SU PÁGINA DE FACEBOOK

Today we took time to stop and smell the flowers.

Posted by Driving Miss Norma on viernes, 26 de febrero de 2016

MIRA TAMBIÉN EN FACEBOOK

NO DEJES DE VER EN NUESTRAS REDES SOCIALES

#FOTOS ¿Quién no quisiera tener esa vida? Conoce a los denominados 'Hijitos de papá' qué 'explotaron' #Instagram

Posted by Tendencias Peru.com on martes, 1 de marzo de 2016

SÍGUENOS EN INSTAGRAM