La verdad del asunto es que solo hablamos de esto porque nos divertimos realizando cada una de estas galerías de Photoshop que son compartidas en Facebook. Es que la creatividad de las personas para trolear a otras es muy divertida, siempre y cuando no sobrepase los límites a la burla, que no hay mejor manera de aplaudirlos que riéndonos.
Pero si vemos el otro lado de la situación, aquel que pide a desconocidos que le mejoren sus fotografías con el programa Photoshop, sabiendo que el ciberespacio está lleno de troles, pues se merece la fama del troleado – y es obvio que hoy en día, muchos en Facebook se dejan trolear para ser famosos en las redes sociales -. Así que sumando 1 y 1 no queda más que seguir riendo.
Ahora, nos remontamos hasta principios de esta década, cuando un joven pidió que le mejoren esta foto que le tomó su amigo de noche, cuando hacía una pirueta con su bicicleta. La captura es precisa, pero el problema es la luz que obligó el uso del flash y este generó los famosos ojos rojos.
Sin saberlo, al realizar tal solicitud a quienes dominaban el diseño, no se imaginaba que sería uno de los primeros protagonistas – pero como víctima – de los troles del Photoshop, y que al pasar de los años, los graciosos resultados de su petición seguirían dando vuelta en Facebook. ¡Vaya manera de hacerse inmortal!
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