¿El último de los románticos? A la altura de la estación Angamos del Metropolitano un joven enamorado no dudó en esperar a su enamorada en plena vía pública con un ramo de flores en la mano y un inmenso oso de peluche; sin embargo, el sorprendido al final fue él. .

El jovencito esperaba pacientemente a su novia, pero una imagen como la que él proyectaba en ese momento no podía pasar desapercibida y un gran número de personas lo rodearon, algunos para darle ánimo, otros para burlarse, pero todos para filmarlo con sus teléfonos celulares.

Pese a la atención que concitó, el enamorado siguió esperando con valentía a su enamorada, pero ella no aparecía. Daba pasos nerviosos de un lado a otro, siempre con el ramo de flores en sus manos y el oso descansando a un lado de la vereda. Y la espera continuaba. “No vale la pena esperar, ¿no?”, se preguntaban algunos. Otros, lanzaron un sinfín de bromas como “está en otro lado”, “se ha ido con otro” o “mira lo que te perdiste”.

Después de más de una hora de espera el joven decidió irse en un taxi y las burlas, en este momento, se intensificaron. .

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