Las ciudades se están expandiendo debido al crecimiento de la población, búsqueda de oportunidades en las capitales, migraciones, etc. y esto ha provocado que las periferias se vean más y más habitadas, además de quitarle territorio a espacios naturales, donde animales y plantas sobrevivían alejados de la amenazante civilización. Los arquitectos comenzaron a buscar soluciones.

Los rascacielos fueron la solución moderna para que las urbes crezcan verticalmente, dándole paso a visiones futuristas con ciudades en las alturas al estilo Supersónicos. Pero ¿se imaginan todo lo contrario? ¿Ciudades que crezcan hacia abajo? ¿Arquitectura subterránea? Pues en México se está presentando un proyecto para la construcción de un Rascasuelo, un megaedificio en las profundidades del corazón de la ciudad.

La llamada Plaza de la Constitución en la ciudad de México, una de las plazas centrales más grandes del mundo, con sus 17 mil 500 metros cuadrados, sería la que albergaría esta pirámide invertida de 300 metros de profundidad. El diseño, estará cubierto con vidrio reforzado para permitir que los rayos del sol iluminen el interior del edificio, también incluye una serie de “jardines” en los que plantas y árboles pueden dar aire fresco a las instalaciones. Además, una turbina impulsada con agua subterránea podría generar la electricidad necesaria para el alumbrado del edificio. De ser aceptado este proyecto, le costaría al Estado mexicano una módica suma de 10 mil millones de dólares. Todo sea por el futuro.