El cigarrillo afecta a la salud pública. No solo porque millones de personas sucumben a un vicio que es nocivo para la salud, sino también, porque al terminar de fumar, los fumadores no son conscientes de que las colillas que arrojan al suelo con descuido, se convierten en basura. Y en basura que tarda en degradarse.

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Las colillas normales, compuestas de monoacetato (un material sintético), tardan alrededor de 15 años en degradarse, por eso, en los últimos años, se ha venido trabajando para reemplazarlos por filtros biodegradables con un contenido de semillas de flores silvestres, que brotarán y florecerán cuando el filtro se degrade, en el plazo de un mes. Según el estado del tiempo y la meteorología, durante ese plazo se produciría la degradación del filtro, el brote de la semilla y su floración, con lo cual, el porcentaje de contaminación sería “cero al final del proceso.

Diferentes empresas ya han adoptado la idea. Teniendo en cuenta que hay casi 2 mil millones de fumadores en el mundo, la idea promete. Esto no hará mas saludable el fumar, pero al menos reducirá el impacto ambiental haciendo que los restos dejados por los fumadores ayude a sumar belleza a los espacios al aire libre.