Según las estadísticas, la experiencia y la naturaleza, los hombres llegamos más rápido al orgasmo que las mujeres – salvo algunas excepciones -, y tenemos que echar mano a la concentración, la respiración y hasta la imaginación – eso de imaginarte a tu profesor de matemática sudando en zunga le frena el orgasmo a cualquiera -, con tal de sincronizar con nuestra pareja la llegada al clímax. Pero, lo que no sabemos es que nuestra sexy compañera también nos puede ayudar y hacer más placentera la sesión amatoria, haciendo que el placer se prolongue y el orgasmo se retrase.

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Sí, mi querido lector, se puede demorar el orgasmo y seguir sintiendo placer, pero para eso, tu sensual pareja debe saber las siguientes técnicas, que la psicóloga española especializada en sexología, Silvia Sanz García, le recomienda a las parejas para que este erótico trabajito de prolongar el placer en la cama, sea responsabilidad de ambos:

1. Se ve pero no se toca

Practicar el “puedes mirar, pero no tocar”. Los hombres nos excitamos mucho con la vista, por ello nuestra compañera debe despertar ese erotismo con algún gesto o pose sugerente que no sea demasiado directa ni evidente. “Mujer, tu primer movimiento le irá excitando y creando una expectativa sobre lo que puede venir a continuación. Para ello, te resultará útil usar el lenguaje corporal. Un striptease será la chispa que puede encender el canal sexual en su cerebro”, recomienda a las mujeres la sexóloga, que además recuerda la importancia de empezar lentamente para poco a poco ir aumentando la intensidad.

2. Tóquennos

Nuestra compañera debe tocar dos zonas erógenas al mismo tiempo. Mientras nos estimula manualmente los genitales, puede besarnos los labios, las orejas, el pecho, etc.

3. No nos dejes llegar

El orgasmo inmediato no está permitido para nosotros. Dile a tu compañera que cuando sienta que nuestra respiración y ritmo cardiaco se aceleren y nuestros músculos de la zona pélvica se contraigan haga lo siguiente: que coloque su pulgar en el glande y el resto de la mano en la base del pene. Ahora, que apriete delicadamente durante un par de segundos, suelte y, diez segundos más tarde, vuelva a repetir la acción sobre el pene.

¿Y por qué esto? Tal como explica la especialista, cuando un hombre está a punto de llegar al clímax, la sangre se acumula en la zona pélvica, sobre todo en el pene, y la tensión sexual de su cuerpo está en el punto álgido. Así, un pequeño estímulo como éste consigue retener el flujo sanguíneo durante un instante, de modo que se logra frenar el orgasmo y la tensión en la zona sigue ‘in crescendo’.

4. Cambiar de poses en el momento preciso

Cambien de postura o de maniobra erótica. Según indican algunos estudios científicos, la variedad en los movimientos y las caricias aumenta la actividad en las zonas del cerebro relacionadas con la excitación sexual. Por eso, la experta asegura que mientras ella te estimula y hace algo diferente cuando estés a punto de estallar de placer, provocará que cada vez estés más excitado, física y mentalmente. Mientras tú, viril lector, deberás ralentizar la penetración para demorar el orgasmo.

Les resultará útil jugar con los tiempos y los ritmos. Si ella contrae los músculos vaginales y presiona con ellos la punta de tu miembro, sentirás una especie de suave masaje en la zona que te enloquecerá.

5. Rompiendo tabúes

Uno de los mayores tabúes en los hombres es la estimulación del ‘infame’ punto G masculino, pero si tienes confianza en la intimidad con tu pareja, los tabúes se quedan en el suelo, con la ropa. Primero ella debe ubicar en tu mapa anatómico dónde está tu punto G. El punto G del hombre se encuentra en el interior del recto, a unos cinco centímetros del ano y en la pared que da hacia el frente, hacia la vejiga. Para llegar a él, ella deberá acceder con un dedo a través del ano. Traspasado el esfínter anal, se llega al recto. A unos 4 o 5 centímetros de profundidad, en su pared anterior (la que mira al pene) se encuentra un abultamiento como de un centímetro de espesor: es la próstata, el Punto G de los hijos de Adán.

Pero para los que aún sienten que es brusco aún pasar la frontera anal, la especialista advierte que es posible también estimular el punto G masculino externamente, presionando o masajeando la zona que va desde el ano hasta los testículos, el perineo. “Es una zona sensible y erógena”, comenta la experta, “pues en ella encontramos numerosas terminaciones nerviosas”.

Ojo, hay que tener en cuenta, según revela la sexóloga, que masajear directamente esta glándula puede producir orgasmos explosivos. A algunos hombres les gusta que estimulen su próstata una vez que tienen una erección completa, mientras que otros sienten que la estimulación prostática incrementa su erección y los conduce a un orgasmo intenso. “Existen casos en los que el hombre ni siquiera necesita estimulación en su pene, porque el placer que viene del masaje prostático es suficiente para producirle un orgasmo”, comenta Silvia Sanz.

6. Si ella ya está en tu Punto G…

Tu compañera te tiene literalmente en sus manos. Ella puede darte un suave y pausado masaje – con el dedo lubricado – hasta hacerte llegar al orgasmo, que será mucho más intenso que uno normal. También ella podrá realizarte sexo oral, mientras hace el masaje prostático. La doctora les aconseja a las féminas una maniobra que intensificará las sensaciones: “Tócale los testículos, acaríciale los testículos y, con mucha delicadeza, cógelos y da un pequeño tirón hacia abajo.”, suena bien si lo hacen con cuidado.

7. Hacer uso de herramientas

La sexóloga española también recomienda el uso de juguetes eróticos, como los anillos que se colocan en la base del pene en erección y ayudan a mantenerla durante más tiempo. Asimismo, el uso de lubricantes pueden potenciar las sensaciones. Algunos ofrecen un ‘efecto calor’ o ‘efecto frío’ con el que pueden jugar si quieren retrasar o acelerar el placer. También pueden utilizar aceites con distintos olores, sabores, temperaturas y texturas.

Y lo más importantes, siempre piensen antes, durante y después, en el placer de la pareja, ya que una buena sesión amatoria, siempre dependerá de un buen trabajo en equipo.