Sin dudas la naturaleza se las ingenia para que todo vuelva a ella y este barco – creado hace más de 100 años – sorprendió a propios y extraños al formar un propio ecosistema de una manera muy particular. El SS Ayrfield o más conocido como ‘el bosque flotante’ se convirtió, con el paso del tiempo y el descuido, en hogar de varios seres como gaviotas, plantas e insectos. Se encuentra anclado en las orillas de Homebush Bay, al oeste de Sydney, donde fue los juegos olímpicos en el año 2000.

El ahora ‘bosque flotante’ llegó a Homebush Bay desde Inglaterra y se dice que fue un buque de la armada australiana en la época de la 2da Guerra Mundial, pero lo cierto es que al pasar los años éste y otros barcos estuvieron en desuso por lo que fueron abandonados en ese lugar. Tiempo después, varios de ellos fueron retirados pero el SS Ayrfield se quedó a formar parte del paisaje de la bahía. Lo más impresionante y atractivo del barco es toda la flora que ha crecido de forma proporcionada, los árboles de mangle son bastante altos, por lo que se deduce los años que tienen existiendo ahí.