Después de algunos líos legales por los derechos del material sonoro, las primeras grabaciones de Jimi Hendrix, en sus épocas cuando era un guitarrista sesionista en el grupo de R&B Curtis Knight and the Squires, fueron finalmente lanzadas con la autorización de sus representantes (Experience Hendrix LLC) en una nueva antología. You Can’t Use My Name: Curtis Knight & The Squires (featuring Jimi Hendrix) The RSVP/PPX Sessions, título del disco, hace referencia a la batalla de décadas de gestión que a los managers de Hendrix – primero Chas Chandler, después sus herederos – les llevó romper un contrato de 1965 que el guitarrista había firmado con PPX Records como sesionista de Knight.

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Después de que Hendrix y su Experience golpearon en grande con Are You Experienced?, PPX guardó los tracks de Hendrix con Knight. Y en 1968 planeó lanzar un álbum similar, Got That Feeling, para el Reino Unido, pero los tribunales intervinieron y prohibieron la publicación de esos tracks, que el propio Hendrix calificó como “sin valor musical”. La batalla por las cintas de Knight duró décadas, hasta el pasado mes de julio, cuando Experience Hendrix y la división Legacy, de Sony, adquirieron los derechos de las 88 grabaciones de estudio que Hendrix había hecho con Curtis Knight y los Squires entre 1965 y 1967. Después de años de ediciones pirata, Experience Hendrix decidió publicar oficialmente lo que se considera un paso importante en la ascensión de Hendrix desde sesionista hasta dios de la guitarra.

Después de la adquisición de las cintas maestras, estas 88 grabaciones de estudio de Kinight fueron colocadas en las manos del ingeniero de Hendrix de toda la vida, Eddie Kramer, quien trabajó en los tres álbumes Jimi Hendrix Experience y en discos póstumos autorizados como Valleys of Neptune y First Rays of the New Rising Sun. Kramer fue el encargado de la limpieza de las cintas y de la entrega de una colección cohesiva que pusiera de relieve la obra temprana de Hendrix.

“Hemos llevado cada performance lo más atrás que pudimos ir y obtuvimos las mejores tomas originales, las despojamos de lo nuevo y las remezclamos”, dijo Kramer en un comunicado. “Es una continua excavación de sonido arqueológico que equivale a barrer la suciedad con un pincel fino y encontrar el tesoro escondido. Es lo que yo llamo ‘trabajo forense de audio’, en el que usamos cada pieza disponible en equipos externos y plug-ins. Hemos pasado horas y horas de trabajo intensivo pero ha sido realmente divertido para nosotros encontrar las mejores performances y darle sentido.”

Fuente: Rolling Stone Argentina