La música tiene historias de amor dentro y fuera de sus melodías y letras. Una de ellas, conocida por los amantes del blues, es aquella entre el hoy desaparecido B.B. King y su guitarra Lucille. Así es, Lucille es como llamaba el músico a sus guitarras, por lo general Gibson negras variantes del modelo ES-335. Esta es su historia de amor, muerte y blues.

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Como era de esperarse, B.B. King no tocó siempre con Lucille. En verdad, en sus primeras grabaciones con la RPM Records, el músico utilizaba una Fender Telecaster. Fue cuando sus manos se depositaron en una Gibson ES-355, el matrimonio fue sellado. Desde entonces, Lucille tuvo algunos cambios de look, pero siempre fueron variaciones del mismo modelo. ¿Pero cómo fue que Lucille llegó a su vida?

Corría el invierno de 1949, B.B. King tocaba en Arkansas. En aquel entonces, era costumbre de los dueños de los locales el encender querosene para calentar el salón, por ello, los barriles con combustible eran en su mayoría, parte del mobiliario. King seducía con su música, pero dos hombres se agarraron a golpes, tirando al suelo uno de los barriles y esparciendo el querosene.

Bastó una colilla de cigarro, para que el salón inmediatamente ardiera en llamas. Todos corrieron en busca de una salida. B.B. King también. Cuando el fuego consumía el local de baile, el músico recordó que había dejado olvidada su guitarra, y sin pensarlo dos veces, se sumergió entre las llamas y la humareda para rescatar a su Gibson.

Al día siguiente, el desastre se había llevado la vida de 2 personas, y llegó a oídos de King, el motivo de la gresca que ocasionaría tan fatal desenlace. “Fue por Lucille”. Lucille, era el nombre de la mujer que había ocasionado la pelea entre aquellos hombres que desencadenaron la tragedia. Por Lucille, B.B. King, casi pierde la vida.

Desde ese momento, el músico bautizaría a todas sus guitarras como Lucille, para recordar siempre que no se debe cometer tal estupidez, de correr a un edificio en llamas y poner la vida en riesgo, por culpa de una mujer.

Tiempo después, B.B. King hizo un tema especialmente para Lucille, el tema fue incluido en el álbum B.B Anthology 1962-1998. La canción, revestida de solos, habla sobre el amor del músico por su instrumento. “Si estoy solo en casa, cojo a Lucille y ella me suelta sus divertidos sonidos, que suenan tan bien para mí”.

En 2005, para celebrar sus 80 años, la Gibson sacó una edición especial con 80 Lucilles. El primer prototipo fue dado como presente al músico, que usó aquella guitarra especial hasta el 2009, cuando se la robaron. Sin saberlo, un joven llamado Eric Dahl, compró la guitarra en una casa de empeño en Las Vegas. Tras las investigaciones, la Gibson dio con él, y este, gran fanático de King, le devolvió el instrumento a su verdadero dueño.

Hoy, Lucille toca su más triste melodía en silencio, su eterno esposo ha partido a los 89 años. Hoy, la muerte se cobró su revancha y los separó. Hoy el blues, sonará más blues que nunca. Hasta la vista King.