El Golfo de México cuenta desde hace años con zonas hipóxicas, es decir aquellas donde el agua carece del oxígeno suficiente como para que albergue vida. Durante las últimas tres décadas, estas han abarcado de promedio unos 13.700 kilómetros cuadrados. Sin embargo se prevé que durante el verano boreal experimente una considerable expansión.

La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de señala que este año el área total de la “zona muerta” (como se la conoce) abarcará 21.200 kilómetros cuadrados, lo que equivale a la superficie total del Estado de Nueva Jersey, EE.UU., informa el portal mexicano Debate.

Según una de explicaciones sobre la formación de estos bancos de agua inhabitable, un flujo mayor de los ríos produce un “exceso de nutrientes”, lo que genera un incremento de plancton, que cuando muere se deposita en el lecho marino y se descompone consumiendo el oxígeno disponible.

Sin embargo, el periodista Robin Andrews apunta en un artículo que, en realidad, su un origen más complejo y, en vez de hablar de exceso de nutrientes, plantea que las zonas muertas se generan por el flujo de agroquímicos y las aguas residuales hacia el mar.

‘The Washington Post’ menciona otro estudio, según el cual la “zona muerta” puede ser aún mayor, dando paso a un escenario realmente complejo en términos ambientales. (Fuente: )

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