De manera temporal, el Ejército de los Estados Unidos suspendió el despido de reclutas inmigrante que en enrolaron en sus filas teniendo como principal objetivo obtener la ciudadanía estadounidense; una político que el gobierno norteamericano ejecutó de manera sistemático en el último periodo.

A algunos le dijeron que representaban un peligro para el país por contar con familia en el extranjero, a otros no se les explicó nada.

El cambio comenzó con el caso del reservista brasileño Lucas Calixto, de 28 años, quien presentó una demanda. A mediados de julio, el ejército revocó su despido. Semanas después se emitió un documento que generalizaba la medida.

El memorándum, al que tuvo acceso The Associated Press, el miércoles y fechado el 20 de julio, detalla las órdenes dadas a oficiales de alto rango para que dejen de procesar, con efecto inmediato, las bajas de los hombres y mujeres que se entraron en un programa especial para inmigrantes.

“A partir de este momento, se suspende el procesamiento de todas la bajas involuntarias”, dice el memo firmado por el subsecretario del ejército para asuntos de personal y reservistas, Marshall Williams.

No estuvo claro cuántos soldados se vieron afectados por la medida, y el Pentágono no respondió a las peticiones para realizar comentarios.

A principios del mes pasado, el Pentágono dijo que no había cambios en las directivas y que continuaban las averiguaciones de antecedentes.

Los abogados presentaron una demanda colectiva la semana pasada para proteger a un grupo más amplio de reservistas y reclutas, exigir la revocación de las bajas y detener las bajas futuras.

Una orden judicial que toma como referencia el memo del 20 de julio pide al ejército que aclare cómo afecta la baja de Calixto y otros demandantes. En un pasaje del memo, Williams ordenó a los jefes militares que recomienden si el deben emitir instrucciones relacionadas con el programa.

Margaret Stock, una abogada de inmigración y teniente coronel retirada del ejército que ayudó a crear el programa de reclutamiento, dijo el miércoles que el memo demuestra la existencia de una política.

“El ejército reconoce que ha dado de baja indebidamente a cientos de soldados”, dijo. “El paso siguiente debería ser derogar las bajas indebidas”.

Los reclutas y reservistas dados de baja a los que se pudo consultar el miércoles dijeron que, por lo que sabían, sus bajas seguían vigentes.