El instinto de “Chichí”, un perro pastor belga de rescate, ha mostrado el camino a seguir para encontrar más vidas entre los escombros de los edificios derrumbados por el y causó la muerte de más de 250 personas.

El esfuerzo y la voluntad de cientos de hombres, tras varias horas de remover escombros en un edificio de las calles de Medellín y San Luis Potosí, en la colonia Roma, llegaron al límite y tras no ver respuesta decidieron abandonar la búsqueda.

Durante dos días removieron los escombros con la confianza de encontrar a alguien con vida. La esperanza los mantuvo en su labor, a pesar de que no tenían la certeza de hallar a alguien con vida.

Decidieron entonces terminar con la búsqueda y permitir que las máquinas excavadoras removiesen los escombros, lo que significaba que acababa la última posibilidad de encontrar personas con vida.

Entonces entró en acción el perro “Chichí” y su instructor. Ambos treparon a lo más alto de los escombros y en ese momento comenzó el milagro, según contaron a Efe algunos miembros de los equipos de rescate.

Todos los voluntarios observaron al perro que comenzó nervioso a olfatear la zona. Iba y venía con su instructor al mando durante unos minutos hasta que “Chichí” detectó vida y comenzó a ladrar con fuerza.

Ladró una y otra vez señalando un lugar, ladró y ladró más fuerte, el can apuntó con su hocico y señaló con insistencia la presencia de alguien con vida.

La esperanza en el lugar se recuperó y los ladridos de “Chichi” fueron la señal para retomar los trabajos de rescate.

Apenas unos minutos más tarde, los rescatistas lograron ubicar con vida a un hombre llamado Erick, de 35 años, y de inmediato comenzaron las labores para poder llegar a él y sacarlo del lugar.

El trabajo de “Chichí”, el perro pastor belga de un equipo procedente de Chihuahua, demostró que, en el límite de lo posible, las búsquedas deben continuar hasta agotar todas las posibilidades de hallar personas con vida, antes de dar paso a las potentes máquinas de excavación.

Varios perros rescatistas también cumplen esta labor con heroísmo.

Alrededor de 40 edificios se desplomaron en Ciudad de México y otros tantos en el resto de los estados del centro de México que el pasado martes a las 13.14 horas se vieron sorprendidos por un sismo de 7,1 en la escala de Richter, justamente 32 años después del poderoso terremoto de 1985 que ocasionó miles de víctimas mortales y pérdidas materiales millonarias.

Fuente: EFE

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