La sigue afectando al mundo, pero llegada de la vacuna hace que veamos las cosas desde otra perspectiva. Y es que, gobiernos de todo el mundo ya han comprado millones de dosis para su población. Por ejemplo, en el Reino Unido ya se han empezado a aplicar a algunas personas.

En Latinoamérica, deberían tener capacidad para aplicar las vacunas a la población más vulnerable y personal de primera atención a finales del primer trimestre del 2021, con la segunda dosis requerida a finales del tercer trimestre. En el periodo intermedio, debería continuarse con la vacunación gradual de otros grupos, hasta alcanzar entre un 40 y 50% de los habitantes”, comenta Gerardo Herrera Perdomo, Director de Consultoría de Riesgos de Marsh Latinoamérica y el Caribe.

Para una población de aproximadamente 637 millones de personas en la región, estaríamos considerando como mínimo, en el escenario más conservador, entre 250 a 300 millones de dosis aplicadas en una primera fase, lo cual implica un esfuerzo logístico enorme en una escala nunca vista” agrega Herrera.

¿Qué implica aplicar 300 millones de dosis en la región?

La vacuna contra la COVID-19 requiere de al menos dos dosis, teniéndose que reforzar a los 6 meses. Mayormente, la vida de las vacunas es inferior a los 10 días, desde su producción hasta que se aplica. A esto, agreguemos que debe llegar a cada lugar (por recóndito que sea) manteniendo la cadena de frío extremo (entre -20º C y -70º C) que necesitan.

Distancias

  • Uno de los desafíos más importantes son los puntos de transferencia, donde se hacen los cambios de medios de transporte y/o donde se dividen las vacunas en lotes más pequeños listos para el transporte local, ya que genera riesgo de daño o comprometer el lote de vacunas.

Distribución y entrega en la instalación local

  • El equipamiento de transporte debe ser especial y adaptado para garantizar las condiciones de las vacunas.

Encontrar puntos de vacunación

  • Hallar lugares adecuados para administrar la vacuna a gran escala (centros deportivos o comunitarios), junto con las instalaciones médicas tradicionales (hospitales, centros de salud).

  • Capacitación para administrar la vacuna será un desafío (por ejemplo, militares, trabajadores médicos retirados, estudiantes de medicina, voluntarios, etc.).

  • Mantenimiento de registros impecable, con seguimiento estricto de quién ha sido vacunado, e identificación clara por dosis.