Varias organizaciones y activistas proinmigrantes en Arizona pidieron al presidente Barack Obama que rechace un proyecto republicano, aprobado el pasado jueves en el Senado, y que busca acelerar las deportaciones de miles de menores inmigrantes que llegaron a Estados Unidos ilegalmente.

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“La llegada de los niños centroamericanos no acompañados hasta nuestra frontera no es un problema de inmigración, es un problema de derechos humanos. Vienen huyendo de la violencia de sus países, muchos de ellos ya están amenazados y si regresan a sus pueblos posiblemente sean asesinados”, dijo María Eugenia Carrasco, promotora con la Coalición de los Derechos Humanos de Arizona.

Esta polémica iniciativa, presentada por los senadores republicanos de Arizona, John McCain y Jeff Flake, busca establecer consulados estadounidenses en Guatemala, Honduras y El Salvador, para que los menores puedan presentar en estos lugares sus peticiones de asilo sin dejar sus comunidades.

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Según los senadores, de aprobarse esta medida se evitaría una nuevo oleada de niños centroamericanos, tal como ocurrió durante en el 2013 y 2014, en la frontera de Arizona y Texas. El proyecto fue aprobado por el Senado Federal y ahora espera la firma de Barack Obama.

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De acuerdo a cifras del Gobierno Federal, en 2014 un total de 73,470 menores no acompañados llegaron de manera ilegal a EEUU, miles de los cuales fueron transportados y procesados en centros de detenciones de la Patrulla Fronteriza.

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