El año pasado, Keybi García se despidió de su madre en Honduras para comenzar una arriesgada travesía montado en La Bestia, el peligroso ferrocarril de carga que lleva a miles de inmigrantes indocumentados rumbo a Estados Unidos.

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Keybi huyó debido a las pandillas y la violencia que se vive en Honduras por culpa del narcotráfico. “Pasé hambre y pedí dinero para llegar hasta Nueva York. Realmente me gusta estar aquí. Es increíble, es mi nueva casa”, señaló el menor de 17 años.

El inmigrante comenta que cuando intentó cruzar la frontera, las autoridades migratorias en Texas lo tomaron en custodia. Ellos llamaron a su primo Francisco Ávila, quien reside en Brooklyn (Nueva York) y le preguntaron si asumiría la responsabilidad del chico, de lo contrario, sería colocado en un albergue hasta su deportación.

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Para fortuna del joven, su primo lo acogió y buscó ayuda legal para que este no sea deportado. Hace unos días, Keybi se presentó ante el Tribunal Familiar de Brooklyn, que preside el juez Adam Silvera.

Luego de la audiencia, el magistrado manifestó que deportar al menor a Honduras sería injusto y cruel, por lo que le concedió un estatus migratorio especial, que le permite solicitar una tarjeta de residencia (Green Card).

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“Aprende inglés, pero no olvides el español. Sigue tus sueños, trabaja tan duro como puedas y no aceptes un no por respuesta”, comentó el juez al adolescente.

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