La pequeña Dina Matute tiene 9 años y mucho deseo de quedarse en Estados Unidos; sin embargo, en unas semanas expira el plazo para solicitar asilo en el país. Ella es una de los miles niños centroamericanos que llegaron al país atravesando la frontera sur en el 2013 y 2014.

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Dina ya lleva 11 desde que partió de su natal Honduras con el sueño de reunirse con su familia en “el país de las oportunidades”. A pesar de su corta edad, dice que ha atestiguado violencia tanto dentro como fuera de su hogar.

“Vivía con miedo porque era peligroso salir a la calle. Donde vivía había muchos narcotraficantes. Recuerdo que cuando iba a preescolar, vi cómo unos tipos atracaron a la amiga de mi tía con una navaja y la violaron. También vi cadáveres tirados en la calle”, recordó Dina.

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En la actualidad, la pequeña inmigrante vive con su madre Digna Rosales, su hermano pequeño y su padre de crianza en Waukegan (Illinois). El pasado viernes comenzaron en Chicago los trámites legales para solicitar asilo y que Dina no sea deportada.

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Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (USCIS), más de 11 mil menores no acompañados llegaron a Estados Unidos entre octubre del 2014 a febrero del 2015. La mayoría provenía de El Salvador, Guatemala, Honduras y México.

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