Desde hace unos años, un grupo de voluntarios viene realizando una labor loable en California. “Los Ángeles de la Guarda”, como se hacen llamar, se encargan de asegurar que los tribunales de inmigración respeten los derechos de miles de niños indocumentados que llegan al “Estado Dorado”.

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Una de estas voluntarias es María Paeva, quien se unió al grupo luego de conocer en un tribunal la historia de una niña inmigrante salvadoreña que había cruzado sola la frontera de Estados Unidos y que enfrentaba un proceso de deportación.

“En esa audiencia me di cuenta que son muchos los niños y sus padres que llegan a la corte sin representación legal. Sin la representación que garantice que sus casos sean escuchados y evaluados antes de que el juez tome una decisión”, dijo.

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Otro voluntario de “Los Ángeles de la Guarda” es Guillermo Torres, quien comenta que en ocasiones los jueces intimidan a las familias de los niños inmigrantes, forzándolos a tomar representación legal que les puede llegar a costar unos 5 mil dólares.

“El juez les explica que tienen derecho a ser representados legalmente, pero que el gobierno estadounidense no les pagará por los servicios de los abogados. Por eso, les proporcionamos un listado de abogados que podrían representarlos”, asegura.

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Lo que hace Guillermo es acercarse a estos niños y sus madres para darles una tarjeta con la imagen de un ángel de la guarda, que contiene información disponible al reverso, para que puedan tener asesoría legal gratuita o a bajo costo.

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