Esta es la historia de Ángela Navarro, una inmigrante hondureña que se mantuvo 58 días encerrada en una iglesia para esquivar una orden inmediata de deportación. Gracias a una voluntad de hierro y a una campaña de solidaridad, Navarro ha conseguido que el gobierno estadounidense le brinde un permiso temporal de residencia.

A continuación te presentamos las declaraciones que brindó al diario hondureño La Prensa

¿Cómo llegó a Estados Unidos?

Cruzando la frontera sur, como tantos. Tenía 17 años y estaba embarazada. Quería reunirme con mis papás. Inmigración me concedió un permiso de tres meses pero luego me dijeron que me tenía que salir. Pero decidí quedarme.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Green Card: Seis errores que te harían perderla

¿Fue muy duro vivir encerrada en una iglesia durante dos meses?

No, fue tan duro. Nos habilitaron un pequeño apartamento anexo a la parroquia. Nosotros lo dividimos para hacer un cuartito para los niños. Teníamos cocina y baño.

¿Su familia se trasladó con usted?

Así es. Mi esposo es costarricense pero tiene la nacionalidad. Y tenemos dos hijos. Decidimos dejar el apartamento que rentábamos para movernos aquí, pues no sabíamos cuanto podría durar esta situación.

Entonces, con la familia cerca, no fue tan duro…

Claro. Por el día ellos hacían su vida. Mi marido trabaja y los niños van a escuela. Además, he tenido muchas visitas y he participado en muchas reuniones con el Nuevo Movimiento Santuario. Gracias a Dios no he tenido tiempo a aburrirme.

TE PODRÍA INTERESAR: Estados Unidos: ¿Qué hacer si tengo un familiar detenido?

¿Llegó a plantearse abandonar en algún momento?

No. Gracias a Dios contaba con mucho apoyo y una vez me decidí sabía que llegaría hasta el final. He vivido diez años con miedo constante a ser deportada. Ya no podía aguantar más.

Y ahora, ¿qué tipo de permiso le han dado?

Es temporal. Dura dos años. A partir del 30 de enero ya puedo ir a poner la huella y aplicar para un permiso de trabajo. La abogada se está encargando de todo.

Tras dos meses encerrada, ¿tiene pensado lo qué va a hacer?

No, la verdad, que no. Mañana vendrá mucha gente así que ya veremos. Quizás vaya a pasear por el parque con los niños. Y tenemos que buscar apartamento. Pero el domingo, seguro, iré a misa.

Puedes leer la entrevista completa aquí