Muchos de los menores que viven en los territorios de Siria e Irak liberados del se han convertido en fanáticos religiosos. Sus vecinos los llaman ‘cachorros del califato’. Algunos creen que estos adolescentes son víctimas inconscientes; otros les consideran tan terroristas como los adultos. ¿Qué destino les espera a los menores involucrados en matanzas brutales y sangrientos ataques? El portal ruso Lenta.ru trata de responder a la pregunta.

Muchos de los niños regresarán a comunidades donde se les odia por haber integrado grupos terroristas que sembraban el pánico en sus ciudades y pueblos. “Estos niños no son víctimas. Ellos mataron a nuestros familiares y amigos. Merecen morir”, recoge ‘The Economist’ el testimonio de un líder de la oposición armada de Siria.

Llamamientos radicales de este tipo son comunes en comunidades que han sido testigos de las atrocidades cometidas por adolescentes. Otros residentes creen que los exmilitantes menores de edad que no hayan muerto en los campos de combate deben ir a la cárcel.

Unos 2.000 yihadistas menores de edad ya se encuentran en las cárceles de Irak. “La historia sugiere, sin embargo, que estas prisiones se conviertan en caldo de cultivo para la próxima generación de militantes”, indica la publicación británica.

“Lejos de recibir atención especializada, estos niños informan, al ser entrevistados por activistas de derechos humanos, de que son sometidos a torturas por las fuerzas de seguridad iraquíes. Víctimas de abusos y abandonados, estos niños crecerán odiando al Estado”, se escribe en el mismo artículo. (Fuente: )

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