La exterrorista alemana Silke Meier-Witt ha pedido perdón al hijo del presidente de la patronal Hanss Martin Schleyer, asesinado por la banda terrorista Rote Armee Fraktion (RAF), en la que ella militaba, el 19 de octubre de 1977 después de tenerlo secuestrado durante 43 días.
“Después de 43 días hemos puesto fin a la lamentable y corrupta existencia de Hanns Martin Schleyer”, dijo Meier-Witt en una llamada a los medios de comunicación después de que se perpetrara el asesinato.
Cuatro décadas después, el diario “Bild” organizó un encuentro entre Meier-Witt y el hijo mayor de Schleyer, Jörg Schleyer, y ambos se citaron en Skopje, Macedonia, para una conversación de 7 horas y cuarenta minutos de la que hoy se publican los primeros fragmentos.
“Suena simplista, pero primero que todo quiero pedir perdón”, dijo Meier-Witt en su encuentro con Schleyer.
La idea del encuentro surgió de una reunión del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, con víctimas de las RAF para conmemorar los 40 años del llamado otoño del terror alemán, que se inició justamente con el secuestro de Schleyer.
En ese acto, Steinmeier apeló a los exterroristas a romper el silencio que la mayoría ha guardado sobre sus crímenes y a responder a las muchas preguntas que tienen los deudos.
Tras ese llamamiento, el “Bild” contacto a Maier-Witt en Skopje, donde vive desde finales de los años noventa, que aceptó el encuentro; “Quiero por fin hacer frente a mi responsabilidad”, dijo.
La mujer, que había entrado a la RAF en abril de 1977, participó en los preparativos del secuestro de Schleyer y fue la encargada de comunicar su asesinato. También transcribió parte de las grabaciones de los interrogatorios a los que fue sometido Schleyer durante su cautiverio.
“No las oí todas, pero muchas de ellas. Recuerdo que su padre dijo que eso del capitalismo y el imperialismo no era tan sencillo como nosotros creíamos”, dijo Maier-Witt en su conversación con Jörg Schleyer.
Sin embargo, le aseguró también en ese encuentro, no formó parte del comando que perpetró el secuestro ni estuvo encargada de la vigilancia de Schleyer.
El secuestro de Schleyer fue parte de una ofensiva de la RAF destinada a presionar la liberación de la cúpula de la organización.
Después de que las autoridades alemanas se negaran a negociar, un comando de la Organización de Liberación Palestina (OLP), que cooperaba con la RAF, secuestró un avión de Lufthansa y se sumó a las exigencias de los captores de Schleyer.
El 18 de octubre de 1977 una unidad antiterrorista alemana tomó por asaltó el avión y liberó a los pasajeros. Al día siguiente, Maier-Witt comunicó la muerte de Schleyer, y, en la prisión de Stammheim, aparecieron muertos los terroristas Andreas Baader, Gudrun Ensslin y Jan-Carl Raspe, que se habían suicidado en sus celdas.
En 1979 Meier-Witt se trasladó a la República Democrática Alemana (RDA), donde adquirió la identidad de Angelika Gerlach y donde, en 1990, y en el marco del proceso de reunificación de Alemania, fue descubierta y detenida.
En 1991 fue condenada en Stuttgart a diez años de cárcel, pero sólo cumplió la mitad de su condena.
Por recomendación del entonces fiscal Kay Nehm, la exterrorista empezó a trabajar como activista de una organización para la reconciliación en los Balcanes en 1999.
Jörg Schleyer, por su parte, consideró que la disposición de Maier-Witt a dar cuenta de los actos de la RAF es auténtica.
“Por primera vez he sabido de labios de una terrorista condenada qué personas estaban con mi padre cuando fue asesinado”, dijo.
“Espero que otras personas sigan su ejemplo y digan lo que saben”, agregó.
EFE
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