Todos los 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, en este día conmemoramos la lucha por la equidad y la reducción de las brecha de género. Por ello, es importante concientizar a los más jóvenes de la igualdad de género. En este sentido, es indispensable reivindicar los logros de las mujeres a lo largo de la historia a través de la educación. En esta nota, te compartimos algunos libros de literatura infantil y juvenil sobre feminismo que pueden leer las generaciones actuales para que sepan toda la lucha que se hizo en pro de los derechos de las mujeres.
1. “Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes”, de Elena Favilli y Francesca Cavallo
Si estás buscando libros de mujeres empoderadas que hicieron historia esta es la opción ideal. Dos tomos con más de cien biografías de mujeres extraordinarias, desde Serena Williams a Malala Yousafzai, de Coco Chanel a Frida Kalho, libros que narran la vida de científicas, astronautas, juezas, chefs, que han ocupado durante meses las listas de libros más vendidos de no ficción en varios países. Historias reales de mujeres que se atrevieron a seguir sus sueños y retar los desafíos de su entorno para crecer.
2. “Como tú”, de Anaya
Una colección de relatos e ilustraciones comprometidos con la igualdad y dirigidos a los lectores jóvenes a partir de 14 años. Esta colección tiene contenido educativo que inspira a lograr un cambio y replantearse la realidad actual de la equidad de género. “La igualdad entre hombres y mujeres no existe en la sociedad actual”, una igualdad que “se conseguirá en las aulas o no se conseguirá”, dice en el prólogo Fernando Marías.
3. “Pioneras. Mujeres que abrieron camino”, de Espido Freire
Historias de mujeres españolas e hispanoamericanas como Carmen de Burgos, Beatriz Galindo, Clara Campoamor, Gabriela Mistral, “mujeres que fueron las primeras en romper un límite” y que deben ser referentes para las niñas y niños de hoy, dice la autora.
4. “Iguales”, editorial Palabras Aladas
Una colección para educar en la igualdad que narra las historias paralelas de un personaje femenino y otro masculino. Uno de los libros une a Loïe Fuller (bailarina, actriz, productora y escritora) y Wilson Bentley (el fotógrafo de la nieve), por su sensibilidad por la belleza, y otro vincula a Suzanne Rosambert (ambulanciera de guerra) con Joseph Banks (explorador y botánico), por su coraje.
5. “10 niñas que se hicieron GRANDES”, de Aida Consentino
Un libro de empoderamiento femenino que busca quebrar los límites impuestos por la sociedad en el tiempo de cada historia. Este álbum presenta a algunas de las mujeres extraordinarias que han cambiado las reglas de su mundo y han hecho del nuestro uno mejor en el que se evoca el esfuerzo que hace falta para ser un ejemplo. Es un libro que habla de la importancia de no ponerse límites y lo más importante es ser una misma siempre.
6. “Las chicas son de ciencias”, de Irene Cívico, Sergio Parra
¿Sabías que antes las carreras tenían un género? Sí, hace años no se podía ver a mujeres en ciencias. Este libro es un álbum que reúne 25 biografías de mujeres que con su esfuerzo allanaron el camino a las futuras ingenieras, químicas, biólogas, matemáticas, médicas, astrónomas, físicas.
7. El niño que no quería ser azul, la niña que no quería ser rosa”, de Patricia Fitti
Ganador del premio Destino Apel·les Mestres, este libro es un grito a la libertad de los niños y niñas para que los patrones de género de la sociedad no aplaquen su creatividad y su personalidad. No hay juegos de niños y juegos de niñas, solo cosas que gustan y cosas que no gustan.
8. “Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar”, de Anne Soler y Tres Voltes Rebel
Un manifiesto feminista a través de la mirada de una de las jóvenes promesas de la ilustración, que explica y recuerda que nada podrá con nosotras “somos es aquelarre de brujas que vuelan sin escoba, a las que molestan, a las que saben más de la cuenta, a las que cuestionan la sociedad conforme está construida. Hemos sido atacadas y perseguidas durante toda la historia; pero cuidado, porque estamos aprendiendo a controlar el fuego de la hoguera”.
«Nunca he encajado en los esquemas que la sociedad ha construido para ser una chica perfecta. Desde pequeña me despeinaba de manera asombrosamente fácil. Recuerdo un día que había jugado, corrido, saltado... Y un profesor me dijo: Péinate, pareces una bruja. Estos años me prepararon para la adolescencia más insegura y dependiente que puedas imaginar. Un sufrimiento que parecía no terminar. Hasta que descubrí el feminismo y pude dar nombre y forma a todo aquello que me oprimió. Hasta que me uní a un grupo de luchadoras que volamos a contracorriente».