“Soy esa clase de chica que puede estar llorando a mares por dentro pero que por fuera sonríe como si fuese el mejor día de su vida. Nadie jamás me ha visto derramar una lágrima. Nadie jamás me ha visto dejar de sonreír.”

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“Soy quien llega a alegrar a todos, quien se inunda en risas, y quien hace reír a la multitud. Soy el pañuelo de lágrimas del 100% de mis amigos porque soy la que siempre está bien. Soy la chica que todos piensan que no tiene ningún problema. Soy la chica que nada le afecta, que no le entran balas, la chica que no se toma la vida demasiado en serio.”

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“Soy la chica que todos piensan que no se rinde, que no tiene ninguna inseguridad, que las cosas le resultan fáciles. Pero eso es lo que todos piensan, no es la verdad.”

“Y es que en realidad no los culpo por pensar así, porque hacia afuera soy la chica extremadamente fuerte, pero la verdad es que no lo soy, y no quiero serlo.”

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“Soy efectivamente quien llega a alegrar a todos, pero nunca he podido alegrarme a mí. Nunca he podido mostrarme débil, insegura, vulnerable, frágil, delicada o decaída, pero la verdad es que soy todo eso, y mucho más.”

“Nunca he aceptado la ayuda de nadie porque creo que puedo valérmelas por mi misma, pero en realidad no es así. Y es que la verdad es que no quiero preocupar a nadie, no quiero darles más problemas de los que ya tienen. No es soberbia, no es orgullo, es simplemente mi personalidad. Una personalidad que no quiero.”

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“Me convencía de que era valentía, pero se supone que la valentía no es sinónimo de soledad. Y me siento sola. Sé que la fragilidad es humana y no quiero seguir ocultando algo que siento, pero cuando se trata de problemas, simplemente mi voz no sale. Y desearía que un día alguien me diera un empujón. Que alguien me conociese tanto y que fuese lo suficientemente perceptivo para decirme basta. Que pudiera leer el dolor a través de mis ojos, y me dijera que no estoy bien, porque soy la chica que parece extremadamente fuerte, pero no lo soy, y no quiero serlo.”