En esta época del año el tráfico se vuelve más insoportable de lo habitual, la gente corre como si de ello dependiera su vida, las colas en todas las tiendas son interminables, las mujeres se pelean por un poco de comida de los supermercado, entre otras cosas.

Mientras hacemos esas colas que parecen nunca terminar aparecen diferentes tipos de personas (tal vez tu eres una de ellas y no lo sabes) que nos sacan de quicio.

La persona que SIEMPRE quiere hacer conversación con gente que no conoce. Porque claro estar un la línea esperando ser atendido y saber que hay muchas personas delante tuyo no es nada fácil, entonces hay gente que deciden “hacer amigos”. ¿El problema? A ti no te interesan abrir la boca a menos que sea para pagar lo que vas a comprar.

La persona que intenta colarse. Sí, siempre hay alguien que no le importa nada e intenta ser atendido antes que cualquiera sin hacer la cola. En su mayoría son mujeres (es verdad y lo sabemos). Esto lo único que demuestra es el cero respeto que tienen por el otro.

La persona que le grita en exceso a los cajeros. Y hablando de respeto, ¿qué tal si empezamos por no levantar la voz?. Obviamente nadie está contenta en una cola que no avanza, pero el hecho de gritar no va solucionar las cosas. Siempre vemos gente que piensa que puede acelerar un proceso elevando la voz o insultando. Los odiamos porque además de irritarnos (más) lo único que logran es que todo sea aún más lento.

Los que empujan. No estás segura si de pronto te volviste invisible, pero por alguna razón las personas no dejan de empujarte y pisarte. Estás ahí con todas tus cosas en la mano y pasan miles de señoras, hombres y niños y absolutamente todos se chocan contigo y lo peor es que no se molestan en pedirte disculpas.

Berrinches. Y claro, están los niños que hacen la pataleta de la vida porque no les compraron lo que pedían, entonces se dedican a gritar, llorar y en algunos casos hasta tirarse al suelo. ¿Y los padres? Bien gracias, viendo todo el espectáculo sin hacer nada.

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