Los modelos que usó McCartney son variados: madres e hijas, hermanas gemelas y mujeres antes y después del parto. Quería incluir todo lo que fuera posible. Incluso buscó durante años a alguien que hubiera sufrido una mutilación genital pero no lo logró.
El artista aseguró que las vulvas y los labios vaginales son como rostros y mucha gente, particularmente las mujeres parecen no saberlo.
También no dudó en aclarar que para muchas mujeres sus genitales son causa de vergüenza en lugar de orgullo. Por eso esta obra intentó balancear la cosa, mostrando que cada uno es diferente y al mismo tiempo normal.
“No es vulgar, es ´vulvar´”, afirma McCartney y explica que The Great Wall of Vagina (El gran muro de la vagina), así es como se llama su mural de diez paneles, es arte con conciencia social. Su objetivo es llamar la atención para tratar de frenar el crecimiento exponencial de las cirugías cosméticas vaginales.
Hay tantos tipos de vaginas como de rostros, pero parecería que muchas mujeres todavía no están al tanto de ello. Esta nueva moda de crear órganos perfectas podría convertirse en una tendencia preocupante para las futuras generaciones y producirles expectativas falsas de cómo debería lucir una vulva.