Se llama Anfal Amer, es iraquí y tiene 15 años, pero su pasión por el Barcelona, que le ha valido el apelativo de “la niña catalana”, no ha sido doblegada ni por los yihadistas del grupo extremista ISIS.

La habitación de su casa, ubicada en un pueblo de la provincia iraquí de Saladino, llegó a convertirse en un santuario del equipo español, llena con pósteres del equipo, cortinas con el escudo y hasta una colcha azulgrana, además de numerosos productos.

Sin embargo, los yihadistas de ISIS, que ocupan el norte de Iraq desde junio de 2014, arrasaron con todo.

La madre de Anfal, Sundus al Lami, cuenta que con la irrupción de los muyahidines, la familia huyó a Bagdad por miedo a sus prácticas violentas. Tras la liberación de esta región a finales de marzo pasado, situada al norte de la capital, Sundus regresó a su casa, pero ésta había sido saqueada y los recuerdos del Barcelona destrozados o robados.

Anfal cuenta que su amor por el equipo azulgrana nació años atrás y le ayudó a llenar el vacío que le había dejado la muerte de su padre, fallecido a manos de soldados estadounidenses en 2004, durante la ocupación de Iraq por Estados Unidos.

Entonces solo tenía 5 años, pero asegura recordar con toda su intensidad el sufrimiento de aquellos días. “Cuando las tropas estadounidenses mataron a mi padre delante de mis ojos entré en un estado de conmoción, no salía de casa y no quería vivir”, relata Anfal.

Pero poco a poco, su hermano mayor, Leiz, le contagió su afición por el Barcelona, que, al igual que el Real Madrid, cuenta con un gran número de aficionados en Iraq, donde siguen con fervor a ambos equipos a pesar de las invasiones, las guerras y los atentados.

La madre cuenta que la creciente atracción de su hija por el Barcelona la ayudó a olvidarse gradualmente del fallecimiento de su padre y recuperar la alegría; por lo que se “animó” y ahorró para comprar todo tipo de objetos relacionados con ese equipo, dispuesta a “hacerle olvidar el dolor y la pérdida”.

“Me encanta ver ganar al Barcelona y mi sueño es, quizá algún día, verlo en el Camp Nou”, asegura Anfal, que confiesa que su hermano pequeño, Mohamed, es del Real Madrid y que por esa razón han tenido discusiones, algunas de las cuales han llegado a varios enfrentamientos físicos.

Sigue las noticias sobre el club y se conoce los nombres de todos los jugadores pasados y presentes, pero, especialmente, admira “a la estrella del equipo”, a Lionel Messi, de quien conoce no sólo su trayectoria profesional, sino también su vida personal.

Preguntarle por sus colores favoritos es una pérdida de tiempo. Ahora, tras el saqueo que ha sufrido su tesoro culé por parte de los combatientes radicales del califato, su madre se ha lanzado de nuevo a la tarea de devolver a Anfal la ilusión azulgrana.

EFE

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