Y es que los cuerpos vienen en distintas formas y tallas, y no por eso son dejan de ser más o menos atractivos. Así, la selección femenil de rugby comparte con este proyecto que el deporte necesita de la fuerza que encuentran en la belleza y el poder.

Asimismo, las imágenes exploran lo que el deporte y la comunidad entienden de los cuerpos y sus identidades. Las chicas que participaron en el proyecto aseguran que al formar parte de esta disciplina necesitan someterse a rutinas de ejercicio intensas para así trabajar la musculatura de sus cuerpos.

Y el hecho de que sus cuerpos sean más musculosos que otros, no las hace perder su femineidad o las hace ver menos bellas, como ellas mismas explican:

“Mientras que la sociedad valora la timidez que, se supone, debe ser parte de la belleza femenina, el rugby alienta a las mujeres a que tengan una presencia dominante, a que venzan sus miedos. Existe además el potencial de que cada mujer se sienta orgullosa de su cuerpo, a pesar de cualquier cosa”.