Nunca tuviste problema para decir lo que piensas, rara vez te quedas callada y siempre demostraste seguridad a la hora de decidir. Pero, como todo en la vida, ser así tiene ventajas y desventajas.

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La gente sabe exactamente qué es lo que les espera contigo. Nunca le das por el lado a alguien solo para caer bien o encajar, de hecho lo último que quieres es dar una imagen de algo que no eres.

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Tu lengua te puede meter en más de un problema, y usualmente esperas que los demás sean igual de directos contigo.

Aquí hay “problemas” que una persona extremadamente directa comprenderá a la perfección:

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1. Tu forma de hablar usualmente se interpretará como un comentario desagradable

Dices exactamente lo que estás pensando. Si alguien hace algo que te molesta, automáticamente les harás saber. Cuando tu compañero de trabajo olvida que no puede hablarse en voz alta o tu compañera de cuarto mueve el pie contra la mesa de la cocina de forma incesante obviamente les dirás que se detengan. Por lo tanto, la gente cree eres un poco malhumorada.

2. No tienes filtro

Hay pensamientos que se generan en tu mente y, sin que los puedas detener, parecen llegar a tu boca. Esto puede ser muy poco afortunado en situaciones que requieran más cuidado. No te importa decirle a una persona que acabas de conocer, cuáles son tus ideales políticos o lo que piensas de los chismes de celebridades. No tienes vergüenza y no te importa.

3. La gente se ofende con las cosas que dices

Te das cuenta que constantemente haces enojar a las personas. Los demás son mucho más sensibles que tú y, por lo tanto, frecuentemente se sienten heridos por lo que dices. Desafortunadamente, la verdad es que no te importa, así que no cambiarás tu comportamiento.

4. Siempre dices la verdad, incluso cuando duele

Las personas no siempre pueden soportar la verdad, pero tú se la dirás siempre. Mentirle a alguien te parece algo negativo porque sólo estarás dando una solución temporal a un problema más grande. Si tu amiga te pregunta si esa camiseta le queda bien y no es así, le vas a decir. A la larga, lo más perjudicial, sería engañarla.

5. Sin importar a quien tengas al frente, nunca te asusta decir lo que piensas

No te asusta herir los sentimientos de alguien. Tu cerebro no funciona así y no es tu intención. Tú dices exactamente lo que sientes y lo que piensas, y no es que sea un acto desconsiderado, solo estás configurada de otra manera.

6. A veces tus amigos evitan ciertos temas

Algunas de las personas que te conocen, piensan que hay ciertas ocasiones en las que los juzgarás y les dirás los estúpidas que fueron sus acciones. Tampoco parece ayudar que tú admitas los errores que cometes, porque cuando quieren olvidar lo malo que han hecho, siempre tienen que enfrentarse a tu moral.

7. Esto de decir muchas cosas puede realmente ser un problema

Eres muy abierta con tu vida, así que no tienes problemas a la hora de desclasificar todos los detalles de tu vida íntima o tus hábitos a la hora de irte de fiesta.

Artículo original en Elite Daily.

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