1. Dejas atrás las grandes preguntas existenciales

Siempre tendrás dudas y confusión de vez en cuando, pero ya no como antes. La adolescencia puede volverse muy tediosa para algunos, al tener tantas preguntas en la cabeza sin que las puedas responder. Cuando vas creciendo, muchas cosas dejan de llamar tu atención y entiendes que nunca tendrás todas las respuestas. Además, de que ya te has ido definiendo como persona y tienes más certezas que espacios en blanco en tu hoja de vida.

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2. No te afectan las opiniones del resto

Por supuesto que guardas un respeto por aquello que te pueden decir tus seres cercanos, pero ya no te afecta cada opinión. Menos las negativas, que antes te destrozaban y pensabas que tenías que cambiar de manera integral. Ahora ya no. Si alguien viene para decirte algo negativo, tú respetarás lo que haga pero ya no te dará vueltas todo el día en la cabeza – al menos en la mayoría de los casos. Sabes quién eres y te guías por eso, no por intentar encajar.

3. Te enfrascas menos en pequeñeces

Cuando ya tienes claro lo que quieres en tu vida, no dejas que te quite mucho tiempo ni energía aquellas cosas que no son importantes. Estos criterios dependerán de cada persona. Pero muchas cosas que antes te esforzabas por hacer y tener en mente, han perdido de urgencia para ti. Te has desligado de lo trivial y eso te hace más liviana.

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4. Tu círculo de amigos se vuelve más pequeño, pero mejor

La calidad sube con los años. El hecho de que vayas conociéndote a ti misma y vivir diversas experiencia, hará que vayas fortaleciendo los lazos que valen la pena, y alejándote de quienes no van en el mismo camino. También cortarás relaciones que te hacían daño y quizás ya no tengas 30 opciones de quienes llamar para ir de fiesta el sábado por la noche. Pero con quien salgas, realmente lo pasarás genial. Aunque solo terminen tomando una copa de vino en casa.

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5. Te conoces más a ti misma

Este es un proceso sin acabar, pero ya pasando los turbulentos años de la adolescencia, comienzas a forjarte como persona.

Tienes claro lo que eres, tus falencias y virtudes, y cómo es que quieres marchar por la vida de aquí en adelante. Tener tu personalidad definida te da poder y seguridad, una confianza que es difícil de quitar, y que te ayudará a desenvolverte mejor ante el mundo.

FUENTE: UPSCOL

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