¿Eres de esas amigas que la verdad no es muy buena para filtrar lo que piensa? ¿Se supone que lo que dices es humor negro pero en realidad es la pura y santa verdad? Si crees que eres extremadamente honesta y a veces sientes que eso te trae problemas, entonces te sentirás identificada:

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1. Sueles autocensurarte con los amigos de tus amigos

Ellos no están acostumbrados a tu franqueza habitual. Es normal que de vez en cuando, se te escapen algunas cosas, lo que trae como consecuencia un ambiente un poco incómodo para ellos.

2. Tus amigos advierten acerca de tu comportamiento

En realidad tus amigos nunca se disculpan por ti, pero tienen como costumbre presentarte a los demás diciendo: “No tomes en serio nada de lo que ella te diga” Y a menudo piensas: “Toma todo lo que digo con el sentido de que siempre hay algo de verdad detrás de eso”.

3. Las personas confunden tu honestidad con bromas

Mucha gente piensa que estás siendo chistosa, cuando en realidad estás señalando algo que no es para nada halagador. Pero para ser justos, el humor es un mecanismo de defensa común para ti.

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4. Debes estar pendiente de los demás para ser tú

A veces tienes que contener esos fuertes deseos de hacer comentarios sobre algo porque tu franqueza no siempre es apreciada o bien recibida. Eso significa que constantemente tienes que estar atenta a las emociones de los demás para ver si puedes o no hacer lo que mejor sabes hacer.

5. Cuando eres dulce y agradable, la gente se sorprende

Pero nadie nunca ha dicho que la amiga brutalmente honesta tiene que ser un troll desagradable. Y en realidad, eres más del tipo de persona que señala a ese “troll desagradable”.

6. Crees totalmente en que la amabilidad es más importante que la bondad

Y para ti decir la verdad cuando es necesaria, hace parte de ser amable. Y bueno, obviamente la verdad no siempre es algo agradable de escuchar, pero eso no es tu culpa.

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7. Te piden sinceros consejos y luego te hacen sentir culpable

La gente siempre te pide consejos cuando quieren oír la “pura y santa verdad”, incluso cuando sabes que no están preparados para ello. Y si sí lo están, nunca recibes una respuesta que no te haga sentir un poco de culpa de vez en cuando.

8. Todo el mundo siempre espera que seas la persona fuerte

Y sabes tan bien como cualquier otra persona que nadie es fuerte 100% del tiempo, aunque puedas fingir muy bien en los momentos que no te sientes tan fuerte.

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10. Debes hacer entender a las personas que no quieres hacerles daño

Algunas veces puede que te reclamen con la intención de herir tus sentimientos bajo el pretexto de “no insultes a otros si no eres capaz de soportar que otros te lo hagan”. Pero definitivamente eres de esas personas que entiende que el objetivo de ser honesto con sus seres queridos es simplemente para ayudarlos, no para hacerles daño.

11. La gente a veces te define sólo por tu brutal honestidad

Lo que a veces deja de lado el hecho de que también puedes tener otras cualidades importantes e incluso amables. Después de todo, los seres humanos no somos de sólo una dimensión.

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