La depresión postparto se presenta como un desgano acentuado hacia todos, inclusive hacia el recién nacido. En la mujer se puede originar trastornos del sueño y apetito, irritabilidad hacia los demás, y más graves aun, dificultades en el trato hacia el bebé.

Los estudios señalan que surge en el 20% de mujeres. Si se detecta a tiempo puede tratarse, contrarrestando el mal entre 6 a 8 meses. El padre también puede sentir la gravedad del problema, debido a la culpabilidad producto de los dolores de parto de su mujer, además de la enfermedad propiamente dicha.

En el problema recaen tanto razones hormonales como psicológicos, además de conflictos de pareja. Solucionarlo es cuestión de ambas partes, la madre debe comprender el estado emocional que se encuentra inerte y seguir un tratamiento que ayude a superar el mal debido al desorden personal, familiar y social.