Becky Blades es una escritora, artista y una mujer amante de la aventura. En la actualidad, ella vive con su esposo de 30 años en la ciudad de Kansas en Estados Unidos.

A continuación el artículo que ha escrito donde nos dice las tres cosas que una madre siempre sabrá antes que sus hijos y ha sido publicado en el portal Scary Mom.

Sé lo que pasará cuando veo esa carita

“Desde la décima fila en el teatro de la universidad lo vi. A medida que mi hija se paraba en el frente del escenario con los otros actores para llegar al fin del coro, algo me llamó la atención.”

“Justo hacia la derecha de su nariz, la mejilla de mi hija temblaba de forma casi imperceptible. Cuatro temblores después, como un reloj, su mejilla izquierda también se unió.”

“Luego, valientemente, sus ojos se abrieron más, intentando evitar lo que pasaría, pero era imposible. Dos pestañeos después, quizás tres, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.”

“Esta emoción no era parte del guión, pero no me preocupaba. Era la única persona en el teatro que sabía lo que pasaría. Y sabía que mi chica podría aguantarse hasta que se cerrara la cortina, y todos estarían llorando con ella. Lo sabía, porque soy su madre.”

“Las madres saben. Sabemos las cosas desde antes. No siempre sabemos todo. Ellas saben antes que los demás el momento en el que su hija o hijo llorará. Sabemos qué cosas los hacen llorar y sabemos muchas cosas más. Conocemos las victorias y fracasos de su niñez. Su historia es la nuestra.”

“Noté cómo temblaba la mejilla de mi hija porque, internamente, mantenía la misma conversación que ella. Esta era su última canción dentro del musical de la universidad.”

“En esos segundos volví a recordar todos esos años en el colegio donde lloraba llena de decepción, debido a que por un problema con los horarios no podría participar del musical del colegio. Este iba a ser mi último musical, No soy lo suficientemente buena. Nunca podré volver a cantar sobre el escenario.”

“Cuando se emocionó en el escenario esa noche compartí el dolor y la gratitud de ese momento que era dulce y amargo a la vez. Las madres saben porque estamos conectadas con nuestros hijos.”

“Una madre también sabe el momento en el que su hija o hijo mentirá. Los expertos dicen que los niños dicen su primera mentira cerca de los 2 años. Esas son las mentiras fáciles.”

“A medida que los niños crecen nos vemos enfrentados a uno de los pesos más grandes de la crianza: saber cuándo nuestros hijos nos mienten y cuándo se mienten a sí mismos.”

“Le pregunté a otras madres esto: ¿Cómo sabes cuando tu hijo o hija te van a mentir? Las respuestas iban desde sus labios comienzan a moverse, hasta mira por sobre su hombro como si alguien más inteligente que yo fuese a escuchar su historia.”

“Investigaciones sugieren que todos los niños mienten. Y mucho. Es parte de crecer, separarse y no estar de acuerdo. Cuando una discusión con mi hija adolescente llegaba a su fin antes podía notar que ella simplemente había ignorado las reglas que le había dado.”

“Además, en vez de escuchar mis razones de por qué no debería ir a esa alocada fiesta, su mente intentaba ver cómo podría hacer parecer que se quedaría a dormir en la casa de una amiga. Mi hija pensaba que había ganado. Pero yo simplemente estaba escogiendo mis batallas con cuidado. Es parte del proceso de crecer para ambas.”

“Asimismo, una madre sabe cuándo sus hijos están preparados. Cuando el pequeño de 7 años ya ha memorizado el poema, cuando la niña de 10 años ha estado practicando su forma de lanzar durante semanas, cuando el chico de 12 años ha revisado su material para geografía 20 veces, cuando el chico de 16 años ha decidido invitar a una chica al baile.”

“Una madre sabe cuándo su hijo está listo para dejar de entrenar y hacer lo que deba hacer en el mundo real. A veces nos resistimos a esto. ¿Acaso no es este el mayor de los desafíos al que se enfrentan los padres? ¿Permitir e incluso empujar a nuestros hijos a que se enfrenten a estos pequeños desafíos de la vida?”

“En nuestros corazones, sabemos cuándo es hora. Lo sabemos porque a pesar de que nos resistimos, esa es la razón por la que los trajimos al mundo: para darles alas.”

“Las lágrimas de mi hija en su acto en la universidad eran diferentes a su tristeza en el colegio. Sin embargo, para mí eran situaciones similares. Sé cuándo tiene problemas cuando pasa de una etapa a otra.”

“Estaba preparándose para dejar ir una etapa, la de la universidad, de sus amigos, de un momento en el tiempo que no volverá a ser. A los 22 años ha tenido suficientes pérdidas y ha pasado por suficientes cambios como para conocer el dolor.”

“Sin embargo, como su madre, sé que no debiese detenerla. Sé que lo que se viene en su futuro la distraerá de lo que significa dejar este lugar. Puede que extrañe el escenario, pero habrá más cosas.”

“Puede que el guión de su vida se vuelva menos interesante con cosas tales como conseguir un trabajo, un primer departamento y conseguir su propio plan telefónico. Las madres saben que ponerse las alas de la independencia puede ser tan divertido como cantar tu canción favorita.”

“Sí, las mamás saben todo desde antes. Si bien a veces puede ser un adelanto interesante a lo que sucederá, en general es como una maldición triste y solitaria.”

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