Las contracciones son dolores naturales imprescindibles durante el embarazo, pues son estas, según su intensidad, duración y frecuencia, las que nos indican si ya nos encontramos en un trabajo de parto.
Muchas madres primerizas cuando escuchan la palabra contracciones suelen entrar en pánico, debido a que es algo totalmente desconocido para ellas, y, la mejor forma de combatirlo es estando bien informadas. Por ello, y para que no te suceda, te recomendamos prestar mucha atención a la siguiente nota.
Tipos de Contracciones ‘Falsas’
Según diversos centros de maternidad, existen varios tipos de contracciones, muchas de ellas las denominadas ‘falsas’, que te harán creer que te encuentras en proceso de parto. Una de ellas, son las contracciones focales, las cuales son producto del estímulo de un cierto sector del útero. Muchas veces, ocasionados por los movimientos continuos que realiza el bebé.
Las contracciones generalizadas, por el contrario, suelen ser pequeñas molestias que inician también en una parte el útero, pero que luego se transmiten, en forma de eco, a sus alrededores. Generalmente, ocurren producto de los consecutivos cambios de posición del bebé o por la retención de líquido en la vejiga; es decir, del orine.
Las contracciones de Braxton Hicks son las que aparecen a partir del sexto mes de embarazo, en algunos casos en el quinto mes. Estas se distingue por la sensación de endurecimiento del abdomen, pese a que no son dolorosas, suelen ocasionar una tensión que va desde el útero hasta la vagina.
Así que, cuando estés atravesando por estos síntomas, no te asustes y relájate, ya que esa sensación de endurecimiento durará aproximadamente entre 30 y 60 segundos. Debes tener en cuenta que este síntoma corresponde a un tipo de ejercicio que realiza el útero en su preparación para el día del parto.
Contracciones de parto
Según especialistas, se considera que una madre está en trabajo de parto, cuando el útero comienza a tener contracciones regulares. Los cuales son capaces de actuar en el cuello uterino, dilatándolo.
Estas suelen darse en lapsos de tres o dos minutos, y pueden llegar a tener una duración entre uno o dos minutos, las cuales inician con pequeñas molestias que, con el transcurso de las horas, empiezan a incrementar.
Un síntoma que te hará saber que estás en proceso de parto, es la expulsión de un tapón mucoso que, por lo general, tendrá pequeñas manchas de sangre. Luego, de ello, sentirás una sensación de presión en tu vagina como una sensación de querer evacuar, esto te indicará que el bebé se encuentra listo para salir.
Durante este proceso es importante que recuerdes respirar constantemente para darle oxígeno al bebé y, también, para que puedas entrar en un estado de relajación, el cual será favorable para el trabajo de parto.