Muchas personas señalan que para ser padres no existe manual ni universidad que dicte las directrices para criar a un niño feliz y saludable, pero muchos padres comenten errores que impiden que tengan una relación fluida y equilibrada con los pequeños de la casa.

1. No prestarle atención, es decir, no dedicarle nuestro tiempo al niño. Ni prisas, ni agobios, ni estrés… el tiempo que compartamos con nuestro hijo es único e irrepetible. Por eso, hay que establecer un orden de prioridades y dedicarle el tiempo y atención que merece.

2. Nunca debemos decirle que no le queremos o amenazarlo con que no lo vamos a querer. El cariño y amor hacia nuestro hijo es innegociable, incondicional y no podemos usarlo como arma de chantaje.

3. No coaccionarle ni imponerle ideas y conductas. Los padres son los guías de los hijos, sus acompañantes. Por eso, deben dejarle que evolucione y, a medida que vayan creciendo y adquiriendo mayor autonomía, empezará a tomar sus propias decisiones. Debemos dejar que sean ellos quienes las tomen y que aprendan que en esta vida todo tiene consecuencias.

4. No tener en cuenta sus emociones, es decir, no dejar que expresen sus sentimientos. Desde bien pequeños se les puede enseñar a que identifiquen las emociones: tristeza, enfado, alegría… Y cuando son más mayores aprovechar cualquier momento para conversar sobre cómo se siente él o cómo se siente otro.

5. Permitirle absolutamente todo. No establecer normas y límites, dejando que el niño imponga su voluntad dónde y cuando él quiera. Así no alcanzará la felicidad. Está demostrado que los niños necesitan escuchar de nuestra voz la palabra «NO», pues les ayuda a comprender que viven y conviven en una sociedad que se rige por normas y no por un deseo irrefrenable.

6. Castigarlo físicamente. El castigo físico es algo que tenemos que desterrar de la sociedad actual.