Es el Brad Pitt de nuestras películas, el Superman de nuestras fantasías y el príncipe azul de nuestros cuentos. Es el hombre perfecto que siempre estará con nosotras pase lo que pase y para el que siempre seremos sus princesas.

No hay nadie mejor que él para recogernos cuando nos caemos, para alegrar nuestros días cuando estamos tristes, para defendernos contra todos cuando alguien nos ataca. Es el hombre indestructible y es, sobretodo aquel que nunca va dejar de amarnos, ¿su nombre? Papá.

Todas las mujeres buscan al hombre de sus sueños, aquel que las trate como verdaderas princesas, se desviven buscando al caballero andante que llegue en un caballo azul, no se dan cuenta que ese “hombre perfecto” llegó a sus vidas el día que nacieron.

Es que para papá siempre seremos las mujeres perfectas, las princesas más lindas del mundo, y va buscar protegernos, engreírnos y celarnos todos los días.

Las mejores lecciones de la vida nos la enseñan los padres. Muchas veces no comprendemos del todo el porqué de sus acciones, pero ellos siempre saben lo que es mejor para nosotros.

“Los buenos padres no buscan hacer feliz a su hijo, le enseñan que la felicidad depende de cada uno. Los buenos padres no le dan oportunidades a su hijo, le enseñan a buscarlas, a crearlas y a aprovecharlas.”

“Los buenos padres no le dan a su hijo lo mejor para que sea feliz, le enseñan a disfrutar y a encontrar lo mejor, aún en lo más sencillo. Los buenos padres no enseñan a superar siempre a los demás, le enseñan a superarse a sí mismo.”

“Los buenos padres no le enseñan a su hijo a decir todo lo que piensa, le enseñan que lo que pensamos no es la verdad absoluta y que debemos ser cautelosos al expresar nuestras opiniones, teniendo en cuenta los sentimientos de los demás.”

“Los buenos padres no le resuelven los problemas a su hijo, le enseñan a asumir responsabilidad y a aprender de sus errores. Los buenos padres no le enseñan a sus hijos a evitar los fracasos, le muestran que el fracaso es parte del camino hacia el éxito.”

“Los buenos padres no le enseñan a su hijo a ser crítico y resentido ante las injusticias, le enseñan a contribuir en paz y a construir la justicia. Los buenos padres no le dan a su hijo todo lo que necesita, le enseñan que él es capaz de conseguir lo que quiere.”