“Los que tenemos que aprender somos los adultos, porque los bebés ya nacen sabiendo reconocer las expresiones”, asegura Enrique García, catedrático de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y uno de los coordinadores del estudio.

El experto explica que todos somos iguales a los tres meses de edad, pero a los seis meses los niños cambian radicalmente por el aprendizaje. Ya no todos los niños lloran o se alegran ante lo mismo. En esa etapa podemos hacer niños más miedosos, más tristes, con más ansiedades o inseguros.

Estas son las emociones de los bebés a los tres meses.

La alegría: Aunque muchos padres digan lo contrario, la sonrisa aparece a los tres meses. Antes el niño ha sonreido, en efecto, pero de una forma muy rudimentaria. En los primeros días de vida, expresa lo que los expertos denominan protosonrisa ante una caricia de sus padres, por ejemplo.

El dolor: Cuando siente dolor, el bébe hace descender las cejas y las junta, eleva las mejillas y reduce la apertura de los párpados, cierra los ojos, frunce y arruga la nariz, desciende la mandíbula y abre la boca.

La sorpresa: Se puede identificar por la elevación de la parte interior de las cejas, elevación del párpado superior, descenso de la mandíbula y abertura pronunciada de la boca.

La ira: Al sentir ira, el bebé eleva la parte exterior de las cejas, eleva los párpados inferiores y reduce la abertura de los mismos, eleva la barbilla y la tensión de los labios.

El miedo: Cómo identificarlo: Eleva la parte interior de las cejas, eleva el párpado superior, alarga la comisura de los labios y separa los mismos.

La tristeza: Un bebé triste eleva la parte interior de las cejas, desciende las comisuras de los labios, que incluso pueden estar temblorosos, y eleva la barbilla.

El asco: Desciende y une las cejas, eleva las mejillas, reduce de forma acentuada la abertura de los párpados, frunce y arruga la nariz y eleva la barbilla.