Para nuestros niños , una de las mejores experiencias durante la infancia va a ser ir al colegio, hacer nuevos amigos y desarrollarse rodeados de pequeños muy diferentes y los que aprenderá cosas nuevas cada día.
Es en este momento de sus vidas en las que podemos ayudarlos a desarrollar las habilidades blancas que son aquellos atributos o capacidades personales que nos permiten interactuar con otras personas de manera efectiva, y crear vínculos positivos que nos ayuden a alcanzar un óptimo bienestar personal y para los demás.
“Las habilidades blandas pueden ser aprendidas o desarrolladas desde muy temprana edad, y potenciadas a lo largo de la vida. Por eso, es importante considerar que, como cualquier aprendizaje, es un proceso de prueba y error por el que pasa el niño para lograr interiorizarlas”, menciona Camila Bossano, Master en Desarrollo Social y Coordinadora de Desarrollo Personal de Innova Schools.
Estas se diferencian de las habilidades duras en tanto que estas últimas se refieren a las competencias que las personas aprenden para ejecutar tareas específicas y que se relacionan con el currículo académico. Por ejemplo, la habilidad matemática, la lectura, la biología, los idiomas, etc. Las habilidades blandas, en cambio, pueden aplicarse a cualquier situación o tarea porque se tratan de la forma en la que la persona se enfrenta a dicha situación.
Para potenciar las habilidades blandas de los niños, las madres deben tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
1. Enseñar con el ejemplo: pocas veces se ven niños empáticos o perseverantes donde los padres o los maestros no lo son. Por eso, es importante que haya preocupación por demostrarle constantemente, a través de acciones, las habilidades blandas que se desea que el niño desarrolle.
2. Permite resolver sus problemas: las situaciones problemáticas o retos que se presentan en el camino son oportunidades maravillosas para desarrollar y poner a prueba las habilidades blandas. Por ejemplo, si el niño olvida sus útiles en casa, debe resolverlo solo, aprenderá a pedir ayuda cuando lo necesite (pidiendo prestado un lápiz), desarrollará la gratitud (al agradecer a su compañero), impulsará su responsabilidad (tratará de no olvidar sus cosas) y aumentará su autoestima (resolviendo su problema por sí mismo).
3. Bríndale espacios artísticos y deportivos: las artes y el deporte son medios ideales para el desarrollo de habilidades blandas, ya que, no solo potencian la creatividad, sino que exponen al niño a situaciones de expresión complejas y lo ayudan a descubrir fortalezas y debilidades que podría no haber identificado.
4. Motívalo a realizar voluntariado: el trabajo voluntario es una de las actividades más enriquecedoras y un espacio que propicia el desarrollo de habilidades blandas. Cuando el niño sale fuera de su zona de confort, le asignan responsabilidades importantes, entiende y experimenta el impacto de su trabajo y se relaciona con personas distintas a él; todo su mundo cambia. El voluntariado desarrolla empatía, trabajo en equipo, resiliencia, control emocional, gratitud, y muchas otras habilidades que son tan importantes para nuestro bienestar.
5. Ayúdalo para identificar sus habilidades blandas: es importante que el niño identifique y sepa la importancia de estas habilidades. Cuando muestre ser empático con alguien, es importante reconocérselo. Si demuestra perseverancia en una materia, también. Al tener presente y reconocer las habilidades, permite que se interioricen con mayor facilidad.
Finalmente, es importante recordar que no hay un límite de edad para desarrollar estas habilidades y que nunca es tarde para empezar.