Las que suelen ver a sus pequeños dormir tienen la suerte de poder darse cuenta a tiempo de cualquier cosa que afecte su sueño. Por ejemplo, si tu niño despierta con sobresaltos, ahogos, pesadillas, con dolor de garganta y ronca por las noches, puede que tenga amígdalas excesivamente grandes y adenoides.

“Muchos niños cuando están resfriados, pueden hacer ruidos cuando duermen, esto es debido a las secreciones nasales que se producen en estos procesos. Sin embargo, cuando estas molestias se dan estando sanos, es permanente, les impiden descansar o despiertan con sensación de ahogo súbito e incluso sufren de pesadillas frecuentemente, ya deja de ser algo normal y podrían estar padeciendo de una obstrucción de las vías aéreas superiores como hipertrofia de las amígdalas y/o los adenoides”, comenta el Dr. Jugo Rebaza del Centro Pediátrico Sunrise

La es fácil de reconocer, solamente debes mirar la garganta y observar el desarrollo de las amígdalas, pero para el crecimiento de las adenoides, es necesario una radiografía lateral de cráneo llamada de ‘cavum’.

Tipos de tratamientos

  • Cuando las amígdalas o los adenoides no son muy grandes y los síntomas son leves, los desarrollos de las vías aéreas producto del crecimiento del niño hacen que los síntomas desaparezcan al cabo de unos años.

  • Uno de los tratamientos más comunes es usar antihistamínicos y antiinflamatorios orales o tratamientos tópicos nasales por tiempos prologados para su lenta reducción.

  • Se recomienda mejorar la concentración de estímulos respirables del entorno, a través de la buena ventilación y reducción de partículas de polvo de los cuartos en el hogar.

Cabe destacar que a veces, algunos doctores recomiendan una operación, la cual puede realizarse a partir de los 3 años edad, tiempo cuando la masa adenoidea hipertrófica está más expuesta y la posibilidad de recurrencia post operatoria es menor.