Las alteraciones en el sueño pueden afectar así a su capacidad de concentración y habilidades cognitivas, además de síntomas más inmediatos como irritabilidad, fatiga y angustia, cambios de humor, nerviosismo e, incluso, alteraciones metabólicas.

De hecho, y en palabras de la psicóloga infantil Marian Fernández para Pillow Pets, para los niños el momento de conciliar el sueño es muy delicado, ya que se rodean de sentimientos de soledad y aislamiento de los padres, llegando en ocasiones a provocar terrores nocturnos.

Regular sus horas de sueño es pues imprescindible para un buen desarrollo y crecimiento físico y psíquico.

¿Cómo hacer más llevadera la hora de dormir? Estas son las estrategias más efectivas, en cuatro consejos:

1. Cada niño es un mundo, pero el objetivo principal es que se sienta seguro al irse a la cama.

2. Es necesario que el niño no esté muy estimulado antes de ir a dormir: bajaremos la actividad y utilizaremos sonidos bajos para procurar tranquilizarle.

3. Establecer rutinas en cuanto a horas, hábitos, despedidas, luz, silencio, contar un cuento.

4. Es fundamental combatir el sentimiento de soledad. Para esto son fundamentales los objetos transicionales, como peluches o muñecos blanditos, a los que el niño se vincule, y que funcionan como sustituto de los padres.

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