Si hablamos de velar por el bienestar de nuestro hijo, no hay madre que sea la primera en asegurarse que nuestro pequeño se encuentre bien física y emocionalmente. Una de esas madres, es Rowena, quien tras dar a luz comenzó con fuertes dolores estomacales. Los doctores en un comienzo pensaron que eran estragos del embarazo, sin embargo, luego le detectaron cáncer intestinal. Ella sabía el fin de esta enfermedad, por eso decidió empezar a alistar algunas cosas para después de su muerte.

Rowena y su esposo Phil decidieron pactar su amor casándose antes de someterse a las quimioterapias. Además, ella empezó a congelar sus óvulos para poder tener un hijo más adelante, a través de un vientre sustituto.

En medio de su batalla con el cáncer, Rowena tuvo a su primer hijo, Freddie. Cada minuto y cada segundo lo disfrutaban al máximo. Celebraron sus cumpleaños del pequeño y pasaban momentos fabulosos cada día.

Con el paso del tiempo, el cáncer se extendió al hígado y páncreas, complicando más la salud de Rowena. Pensando en su hijo, decidió escribir cartas para sus próximos cumpleaños cuando ella ya no esté a su lado. Fue una experiencia única escribirle a su engreído cuando tenga 21 años, pues aún era pequeño y era difícil imaginarlo en unos años más.

Aunque Rowena continúa luchando contra el cáncer, su delicada salud no le permite continuar viendo a su hijo. A pesar de todo, continúa combatiendo todo lo malo que tiene que superar día a día. Un gran ejemplo de madre y persona.