Nueve meses de larga espera se convierte en el inicio de una de las etapas más importantes en la vida de toda mujer, la llegada de un bebé y el nuevo cargo de recientes padres lleva a experimentar esa experiencia de la primera semana del recién nacido en casa; un hecho que hará de las alegrías y preocupaciones, un acto propio de la todavía inexperiencia.

Para contrarrestar aquellos nervios característicos de los primeros días y tratando de acostumbrarse a un nuevo estilo de vida, donde se aprenderá a conocer las cualidades del bebé como la respuesta a sus llantos, es necesario siempre contar con la orientación del pediatra a fin de resolver cualquier situación.

Una preocupación muy común es, por ejemplo, la pérdida de peso del pequeño en sus primeros 4 días en casa, básicamente producto de la pérdida de líquidos tras el parto. Antes de tomar cualquier decisión, espera alrededor de 7 a 10 días para corroborar su alimentación es la adecuada a través de la leche materna que provees. Contacta con el especialista si recuperar peso, el bebé aumenta una medida entre los 200 y 300 gramos por semana.

Durante los primeros días, las deposiciones del bebé suelen ser muy espesas y de un color muy oscuro: esto se debe al meconio, una sustancia que se acumula en el intestino mientras el recién nacido estaba en la etapa de gestación, y que va desapareciendo paulatinamente a medida que reciba la leche materna o de fórmula.