Enroscados en nuestro mundo de adultos, preocupados por el trabajo, la pareja y el dinero, en ocasiones, no nos damos cuenta de que las lecciones más importantes y sencillas de la vida están muy cerca: en la mirada de nuestros hijos, en sus juegos y en su cariño. A continuación presentamos interesantes lecciones:

-Hay que preguntar cuanto sea necesario para sacarse todas las dudas.

-Si te aburres de estar con alguien es mejor irse a casa antes que quedarse con cara de enojo.

-Hay que ser bueno y educado con los demás.

-Hay que intentar estar contento.

-Hay que divertirse cuánto sea posible.

-Hay que ser fiel a los amigos y no mentirles.

-Es importante jugar en el tiempo libre.

-Siempre hay que decir la verdad.

-Nunca jamás le pegues a nadie, puedes lastimarlo mucho.

-Siempre hay que pedir perdón.

-Ver una tormenta por la ventana es mucho más divertido que ver la televisión.

-Incluso es mejor mojarse un poco bajo el agua.

Las lecciones de los niños no hacen recordar quiénes éramos, nos hacen dar cuenta de que fuimos quebrando reglas, valores y creencias a lo largo de los años.

Las circunstancias nos van llevando por caminos insospechados, pero, ¿es imposible ser fieles a nosotros mismos? Sea como sea que ocurran las cosas, siempre existe la posibilidad de hacer las cosas bien o mal, y casi siempre podemos elegir y decidir voluntariamente al respecto.

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