Jack Hoffman tiene siete años y en vez de estar jugando, o disfrutando la vida sin preocupaciones, enfrentó dos cirugías y quimioterapias para curar el cáncer cerebral que padece.

Este valiente ya tuvo la oportunidad de cumplir uno de sus sueños: jugar futbol americano. Hoffman siempre quiso anotar un touchdown en un estadio lleno hasta la bandera y con todo el público animándole y aplaudiendo.

Y lo hizo con la Universidad de Nebraska, pero eso no fue todo. Hasta pudo anotar un touchdown. Escoltado por el mariscal de campo, Taylor Martínez, Jack pudo correr 69 yardas para llegar a la zona prometida.

Este joven jugador usó el jersey con el 22 y fue ovacionado por más de 60 mil personas que asistieron al Red-White Spring Game, organizado por la misma unversidad.