La inocencia de nuestros hijos a veces es tanta que bien nos puede arrancar una sonrisa o a veces un enojo, pues podemos decir unas cosas que usualmente un adulto lo puede entender, pero ellos lo toman al pie de la letra.

Esto fue lo que sucedió con un pequeño de tan solo cuatro años. Al tener una complicada tarea de matemáticas, no tuvo mejor idea que llamar a un policía para recurrir por ayuda. El operador que responde la llamada trata de hacerle entender que es él quien debe hacer sus ejercicios, pero el pequeño solo da respuestas equivocadas.

Luego de hacer una par de consultas, la madre del pequeño le pregunta desde otra habitación qué está haciendo, a lo que el niño responde que está hablando con el policía. El enojo de la progenitora no tarda y le increpa el acuerdo tomado sobre no jugar con el teléfono. La respuesta del inocente bebé fue realmente enternecedora: “Tú dijiste que si necesitaba ayuda que llamara a alguien”.

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