Recientes estudios han puesto otra vez de manifiesto que aquellos hijos de madres fumadoras, tienen más probabilidad de padecer trastornos relacionados con el aparato respiratorio, si las madres han fumado durante la etapa de gestación. El nuevo ser recibe menos oxígeno de lo habitual, llevando a complicaciones que pueden perjudicar las vías respiratorias del bebé, tal como lo informa el sitio web Red para ellas..

El efecto del tabaco sobre el feto, es más alarmante durante los primeros tres meses de gestación. En esta fase embrionaria, se forman las vías respiratorias además del tejido esponjoso pulmonar. No dejar el hábito de fumar traerá como consecuencia una menor respuesta a los estímulos sensoriales del pequeño, fundamental para el desarrollo de su inteligencia.