Cuando nuestros pequeños empiezan a crecer nos sorprenden con la forma en la que van aprendiendo cosas nuevas y ya van haciendo solos sus propias cosas sin necesidad de tenernos al lado. Sin embargo, así como van desarrollando sus habilidades, también van despertando esas curiosidades que terminan en travesuras que nos generan fuertes dolores de cabeza.

Si hace un tiempo podíamos mantener a nuestro pequeño sentado en una silla sin que se mueva, ahora es inevitable que se paren y hagan miles de cosas en unos segundos y pongan todo de cabeza. Es en momento cuando nos damos cuenta que nunca debimos quitar los ojos encima de nuestros engreídos.

Mira estas divertidos pero a la vez desastrosas fotografías que muestran todo lo que son capaces unas pequeñas personitas que no pasan los siete años pero que pueden ocasionar grandísimas travesuras que jamás pensaste.