La gastroenteritus por rotavirus una enfermedad que en ocasiones puede resultar incluso peligrosa. Según la Asociación Española de Pediatría, se trata de la principal causa de hospitalización infantil por diarrea.

El contacto con otros bebés en entornos no controlados, como la guardería, los parques o las piscinas, son el principal foco de contagio de esta enfermedad.

Compartir juguetes, entre otras cosas, facilita la diseminación de este virus, que se propaga con gran rapidez, y que es altamente resistente a jabones y desinfectantes, pudiendo permanecer hasta 24 horas sobre las superficies de los objetos a pesar de que se hayan limpiado.

Sus síntomas: vómitos y diarrea, que causan una fuerte deshidratación, además de fiebre moderada o alta, y que tienen como tratamiento las soluciones de rehidratación oral. Si el niño no mejora, es probable que requiera una atención médica más precisa, por lo que conviene trasladarlo al hospital.

En cualquier caso, la vacunación es la mejor manera para evitar este tipo de gastroenteritis: no sólo protege al niño frente a los cinco genotipos virales que son responsables de más del 95%o de las diarreas, sino que confiere una importante inmunidad de grupo.