El estudio preliminar, basado en unos pocos análisis post-mortem a los cerebros de niños autistas, sugiere que la anomalía en la zona prefrontal del cerebro podría tener su origen en el útero, afirmaron los investigadores estadounidenses autores del trabajo.

Los científicos examinaron los cerebros de siete niños autistas, de edades entre los 2 y los 16 años, la mayoría de los cuales murieron ahogados. La causa de muerte del mayor de los sujetos no pudo ser identificada mientras que uno de los de ocho años falleció a causa de un cáncer en los músculos.

Al comparar sus cerebros con los de un grupo de control sin autismo que murió en accidentes de tráfico, encontraron que los de los autistas tenían 67% más de neuronas en el córtex prefrontal y pesaban 17,7% más pesados que lo que es normal para su edad.

“Debido a que las neuronas corticales no se generan tras el nacimiento, este aumento patológico en el número de neuronas en los niños autistas indica causas prenatales”, señala. Este estudio sugiere que los signos clínicos del autismo tienden a converger con un periodo de crecimiento anormal de la cabeza y del cerebro que comienza a ser evidente entre los nueve y los 18 meses.